Generalidades del curso

 

Una de las técnicas más antiguas que se han utilizado para el estudio del comportamiento humano y la evaluación psicológica es la observación, la cual conserva vigencia dando garantías suficientes a la hora de la recogida de datos. Es la actitud más espontánea frente al conocimiento de los hechos, ha sido incorporada recientemente como una metodología estructurada para las ciencias sociales

 

A diario todos nosotros observamos el comportamiento de los individuos, no ser un buen observador mientras se camina o se maneja puede atentar contra nuestras vidas. Cuando viajamos a otro país podemos evitar situaciones dificultosas si observamos el comportamiento de las personas en esa cultura.

 

Observamos de manera muy distinta lo nuevo y lo desconocido de lo rutinario o habitual. Sobre esto último apenas dedicamos atención, pues se superpone sobre esquemas mentales tradicionales, sobre lo que ya se sabe o conoce, y no genera alerta o atención.

 

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Así es que para enfocar la observación de manera productiva deberemos definir previamente cuestiones sobre: qué observar, cuándo observar, cómo observar. En cualquiera de estos enfoques tenemos que adoptar posturas de observación intencionadas, a través de una mezcla de intención y de apertura mental para evitar volver a los esquemas rutinarios que nos impiden darnos cuenta de cosas nuevas. Lo nuevo no está en el exterior, sino que está en la forma en que dirigimos la mirada a lo de siempre.

 

La observación no consiste en ver o mirar, sino sobre todo en averiguar o descubrir con una intención. Esta intención residente en el observador cualifica diferenciando lo que es relevante de lo que no lo es. Lo que es relevante es visto y apreciado por el observador según su propia óptica. Lo que no es relevante pasa desapercibido por un observador y puede ser apreciado como singularmente interesante por otro. Es decir la observación es una función en la que el observador influye grandemente, a través de sus criterios de lo que es importante o lo que es irrelevante. Sólo lo primero es lo que le llama la atención.

 

Como cita Anguera, M. (1997) “observar es advertir los hechos como espontáneamente se presentan y consignarlos por escrito, en primer lugar se perciben tales hechos, los cuales, después, se expresan mediante palabras, signos, u otros hechos, y precisamente el fundamento de la observación científica reside en la comprobación del fenómeno que se tiene frente a la vista, con la única preocupación de evitar y precaver los errores de observación que podrían alterar la percepción de un fenómeno, o la correcta expresión de éste. En tal sentido, el observador se distingue del testigo ordinario de los hechos, ya que este último no intenta llegar al diagnóstico de uno de ellos, y, además, son muchos los sucesos que pasan desapercibidos.”

 

Otro aspecto importante en toda esta dinámica es el rol del observador dentro de los diferentes grupos, quien debe analizar los contenidos y dinámica que se va generando en el entramado de relaciones, la labor que realiza el observador es elemental para que el grupo avance en el desarrollo de la tarea con el objetivo de buscar las áreas de mejora y a la vez mantener la memoria del grupo, por lo tanto la mejor observación es la que se realiza de la manera más objetiva permitiéndole al grupo seguir creciendo de manera integral.

 

Podemos afirmar que la observación de la conducta es la base de todo saber psicológico, en la formación del psicólogo un elemento esencial es el aprender a observar, es por esto que el presente curso pretende que el profesional que interviene en los diversos procesos grupales desarrolle habilidades y destrezas por medio de la observación que le permitan realizar un análisis crítico de las diferentes situaciones propias del comportamiento humano dentro de los grupos para poder inducir los diferentes procesos de cambio que el mundo globalizado exige.